domingo, 11 de abril de 2010

Conversacion II

Vacilación tonta

Me quedo en silencio. No me dices nada, solo me que inmóvil, como hipnotizado.

Conversar con ella o no hacerlo. Paradoja.

Si le hablo cavo mi propia tumba.

Si no le hablo da igual, seguiré siendo el chiquillo cobarde que siempre he sido.

Corto.

Me quedo sentado un buen tiempo pensando en que hubiera pasado si le hubiera hablado.

Mejor no pensarlo. Sigue la vida. Sigue mi vida. Sigue su vida.

No hay de qué preocuparse, esto es solo un adiós. Ella sabe que yo la llame. Lo sabe.

Suena el teléfono. Contesto. Nadie habla. Sé que es ella. Me quedo callado, quieto. Pasan los segundos. Cuelgan.

Mensajes extraños. No hay necesidad de palabras. Ambos entendieron el mensaje (o así lo aparentan).


Ayrton Vargas

Posdata: De El a Ella http://www.youtube.com/watch?v=gLdv8iy_7aI

[ ... ]

martes, 6 de abril de 2010

Conversacion I

-¿Porqué ries?

-Me provoco hacerlo.

-Casi nunca lo haces, ¿En que pensaste?

-En muchas cosas.

-¿Como qué?

-Ya las olvide. Preguntame otra cosa.

-¿Qué te entristece?

-Un perro atropellado, un niño mendigo, las prostitutas golpeadas, etc

-¿Qué te entristece de verdad?

-Verme en un espejo.

-¿Por qué? ¿ Acaso eres narcicista?

-No, me enfurece despertar y verme con los mismo ojos de siempre. Nunca sabre como me miraria un extraño.

-Confuso.

-Lo se.

La miraba con mucho detallismo, observando su pelo ondulado, sus ojos pequeños y su mirada de niña. Rara, rara. Cuerpo deseable , voz fina y elegante. Rara, rara. Solia mirarle los labios, lo provocaban mucho.

-¿Aun piensas en ella?

-No, ya no. Las razones para pensar en ella ya no existen, todo se esfuma con rapidez. Ya no escuchare su vos de traviesa mujer.

-¿La extrañas?

-A veces suelo recordarla, recuerdo sus mentiras y sus sueños extraños conmigo.

-¿La besarias si la vieras ahora mismo?

-No

-Entonces me voy.

Ella se paro y sin apuro camino hacia la puerta. Al cerrarla El penso que tal ves se esta haciendo un bien en dejar de imaginarla.

Ayrton Vargas
[ ... ]

martes, 16 de febrero de 2010

Una mujer en tu cama

“Una Mujer en tu Cama”

¿En mi cama? Me haría bastante falta. Un desfogue, una mentira amatoria disfrazada de sexo, un fuerte olor a tabaco, un reloj marcando cualquier hora de la madrugada, una botella de cualquier trago para el acostumbrado preámbulo, ropa en el suelo, besos en lugares prohibidos, los dos ser uno hasta que ya no se pueda resistir. Me haría bastante falta.

Acaba ese pensamiento fugaz en mi mente después de leer ese aviso en la web y soy tentando a hacer doble click al anuncio. Nunca lo he hecho, ni cuando salía la chica rubia y un texto diciendo “click aquí para divertirnos” ni mucho menos cuando llegaba a mi correo un anuncio nombrándome ganador de un millón de dólares con tan solo presionar con el mouse en el billete verde en la pantalla. Ahora es diferente, este anuncio me obligó a pensar así no lo quisiera, golpeó mi apagada personalidad y me recordó que en mi cama (y en cualquier otra) duermo solo desde hace ya bastante tiempo. Al diablo si es virus, doble click.

Técnicas para conquistar mujeres. Interesante, supongo que para haber abierto tres enlaces es porque inconscientemente no confió en mi propia técnica. Primero empiezan con un test para saber si es que realmente estoy interesado en conseguir éxito con las mujeres, ser un don Juan. “Si has respondido *Sí* en más de una de las preguntas entonces has entrado al lugar correcto.” Claro, solo faltaba que mencionen mi nombre en la pregunta final, algo así como “¿eres tu Noelde 20 años? Entonces has entrado al lugar correcto”. Sonrío y sigo leyendo. No estoy seguro si entrar a estas ventanas de internet convierte automáticamente a uno en looser, pero si estoy seguro que toda una lista de malas experiencias con el sexo opuesto sí.

Magnifico, aparentemente tienen la solución y posiblemente la felicidad perdurable en cuanto a mujeres refiere, estoy creyendo cada línea de lo que leo, o es muy buena la publicidad o yo soy un estúpido o las dos cosas, no me importa. “Voy a ser un experto en conquista” me repito en mi mente, de alguna manera me imagino con terno, bronceado, unos diez quilos menos y, por qué no, una operación triunfal a la nariz. Entre otras cosas ya no imagino a ninguna chiquilla a la que disque' pretendo, sino una rubia despampanante a la cual lucir por algún parque, ok me conformo con alguna de las chicas con las que quiero salir ahora, nada más.

Ya he revisado la página una y otra vez, me parece conveniente el trato, 100 soles a cambio de la felicidad eterna, estoy seguro que si se lo cuento a mis amigos, que también pasan penumbras por alguna chiquilla, me joderan hasta que tengamos nietos y probablemente mis nietos no respetaran y también harán chacota de pasado del abuelo. Si me quede pensando en hacer click en el anuncio, pues ahora sudo frio antes de comprarlo online, debato conmigo mismo y dudo de mis capacidades de aprendizaje, me cuesta creer a donde he terminado a parar un sábado a las 3 de la mañana, un sorbo de coca cola y doble click.

¡Carajo! No tengo tarjeta de crédito y no hay otra modalidad de pago. Ja, tanta huevada para esto. Que injusto, invertiré mi 100 soles en una mujer en mi cama… ya vuelvo.


[ ... ]

martes, 10 de noviembre de 2009

Las ganas de tu inocencia (primera parte)

Esta noche no iba a ser cualquier noche, eso lo sabía muy bien Katia. Lo sabía desde que salió de la ducha, caminaba hacia el espejo más grande de su cuarto mientras se secaba cuidadosamente su largo y ondulado cabello. ¿Qué estaría pasando por su cabeza? Un mensaje de texto enviado un par de horas antes sería originalmente el culpable de que ella vuelva a creer en esos cuentos chinos. Cuentos chinos, así ella llamaría a las escusas y la poca preocupación que mostraba hasta ese entonces el enamorado que quizás mas quiso, cuatro meses de relación son la mayor prueba de que ella estaba enamorada y quería estar con Javier a como de lugar, pero nunca comprendió que para mantener dos corazón unidos hacia falta que uno de estos quiera de verdad. Nunca lo comprendió, ni siquiera esta noche.

Se miraba coqueta al espejo, su pecho desnudo y la otra mitad de su cuerpo aún atada con la toalla. Sabe los atributos que heredó de la familia de su padre: gruesas y moldeadas piernas y un busto no muy grande pero si pronunciado. Empieza a bailar de una manera delicada una melodía que tararea en su mente mientras se pinta los labios. Katia vuelve a soñar despierta, y no era para menos, su príncipe azul vendrá a recogerla en tan solo una hora y no sabía que ropa ponerse. Un jean ajustado y unas botas serian la parte sencilla de escoger, mas no estaba segura si ponerse polo, una camisa o un top, finalmente escogió el top.

Ella sabe la verdad, sabe quizás que lo que decía en el mensaje era mentira, que todo el universo de ficción que estaba encerrando en su hermosa vestimenta podía venirse abajo si tan solo se ponía a pensar que el hombre que vendrá a recogerla no quiere más que hacerle mas daño –o al menos eso fue lo que hizo todo el tiempo que estuvo con ella-. “Todos merecen una segunda oportunidad” dice mientras se apoya en su ventana con los ojos en el cielo y esperando que la luna sea por lo menos la única que le crea. No dejaba de ver su celular, ya sea para ver la hora o para ver – por enésima vez- el mensaje y esperar mantener esa sonrisa enamorada que el destino le había puesto.

Javier llegó. No hizo ni un poco de bulla, manejaba a bajísima velocidad hasta estacionarse al frente de la casa de Katia, quizás lo que aun quedaba de ese niño bueno que seguía al pie de la letra los consejos que le dio su padre antes de morir lo estaba atormentando.

La historia del padre de Javier no la sabía nadie, solo Katia, probablemente se la contó una de esas pocas noches donde intimaban sus más grandes secretos. Sin embargo esta infidencia marcaria su presente. El señor Dan siempre fue un padre ejemplar, no tenia problemas con su mujer pese a los once años que tenían de matrimonio, con Javier tenia una un lazo mas grande que el de padre e hijo, era casi amigos “soy tu amigo, no lo olvides, pero delante de tu madre deberé comportarme como un padre viejo y cincuentón, tu sabes, para que la vieja no se amargue” era las frases que le dijo Don dan a su hijo cuando acababa de cumplir sus once años, sin pensar que a los pocos días, iban a ser avisados los miembros de la familia que el patriarca del hogar fue encontrado muerto en un hostal a pocas cuadras de su trabajo, la infidelidad no solo destrozó una vida, sino que también una familia. Después de eso, los consejos que había recibido el pequeño Javier de entonces sobre las mujeres y como respetar a las damitas, como diría su padre, se fueron esfumando con el pasar del tiempo, hasta llegar a lo que seria hoy.

Nunca tocó la bocina del carro para que baje Katia, se detuvo y empezó a pensar si estaba bien lo que iba a hacer, no hay tiempo para respuestas, solo iba a esperar a que una pregunta lleve a otra y volver así a ese pasado oscuro que sus cortos veinte años no podían olvidar. Cuando en el momento menos pensado Katia aparece por la del costado y le sonríe. El momento había llegado.

- ¿Qué pasó, no ibas a tocar la puerta?- le decía mientras entraba al carro.
- Lo que pasa es que no sabía si darte este regalo ahora o cuando te traiga de regreso.- saca de la guantera tres rosas: una roja, una blanca y una amarilla.
- ¡Que lindo! Te acordaste de mis colores favoritos.
- Nunca los olvide.- mientras la mira detenidamente.

Había dado en el blanco, ¿Qué mejor comienzo no Javier? Lo poco que prestaste atención en la relación sirvió para hacer tu regalo de chico arrepentido. Su inocencia y tu viveza ¿para que mas? Hasta creo que terminaste con ella solo para llevar a cabo este plan, esperar que el tiempo haga el trabajo sucio para que ella te olvide y de ahí llegar como si nada hubiera pasado. Maestro.

- ¿Me has extrañado? – pregunta mientras enciende el primer cigarrillo.
- ¿debería de hacerlo? mentira tontito, claro que te he extrañado. Y por lo que veo tú también me has extrañado ¿no?
- Eso ni lo preguntes. Vamos, te llevo a pasear.

Siempre hacia esas respuestas, “eso ni lo preguntes” “sí ya lo sabes” “¿mi cara no te dice algo?” repetía una y otra vez cuando alguna mujer le hacia preguntas, se la llevaba fácil, ni siquiera las miraba a los ojos. Su sonrisa y la vista a un costado seria todo lo que haría para sus acompañantes del momento se sintieran seducidas. ¿A dónde la llevaría a pasear? Iba a ser todo un caballero preguntándole a donde deseaba a ir solo para ser cortes, claro esta. Él ya sabía a donde la iba a llevar, lo sabía tres días antes de enviarle ese mensaje. “Huevón, me lleve a Natalie a tirar a la subida del monte Palermo ¡ni un alma que joda! Hubieras visto” fue suficiente para tener idea de a donde llevarla hoy.

Llegaron al lugar: Katia, entre sorprendida y emocionada por el hermoso paisaje que mostraba las faldas del monte, no dejaba de sonreír mientras señalaba algunos lugares conocidos que se podían ver desde la ubicación del carro. Javier, encendiendo su segundo cigarro, empezó a piropearla de una manera educada y seria a la vez, lo que provocaría la sonrojes de Katia.

- ¿ya ves que este lugar es mejor que los sitios que querías ir?- mira a un costado mientras bota el humo.
- ¡Es hermoso!
- Mi padre nos traía a mi madre y a mi cuando era muy pequeño, ellos conversaban mientras yo dormía en el asiento trasero, o bueno, ellos creían que dormía.- se ríe- nunca borré de mi mente este lugar.
- Gracias por traerme aquí.
- ¿Cómo has estado todo este tiempo?

Inició así la conversación que entre risas y abrazos, ya sea por el frio o simplemente por muestra de cariño, se vinieron dando. El plan marchaba perfecto. Si antes, cuando estaban juntos, no había pensado en acostarse con Katia fue por que de alguna manera encontraba en ella una personalidad que no había encontrado en la demás mujeres con las que había salido. Estabas enamorado Javicho, acéptalo, que a tu deseo por tener sexo le haya puesto un limite la virginal Katia, no te dejaba vivir como a ti te gustaba y eso era lo único que no tolerabas de la relación, pero por mas que lo intentes encubrir, esa seria tu segunda excusa para buscarla, no lo niegues, estabas enamorado.

Media hora más conversando y aun no te atreves a besarla en los labios ¿Qué paso, arrugaste? No estaba en tu cabeza la propuesta que ella te iba a hacer:

- ¿y si lo intentamos de nuevo?- pregunta Katia
- ¿has estado con alguien desde que terminamos? – se impresiona Javier mientras le quita la mano de la pierna.
- ¿Qué? ¿es importante eso?
- Solo respóndeme
- No te voy a responder.
- Dime ¿con quien?
- ¡No he estado con nadie! ¿feliz?
- ¿Por qué no me querías responder entonces?
- ¿para que chucha querías saber?

El ambiente se torna callado y tenso, Katia mirando su ventana y Javier mirando el cada vez más apagado paisaje. No iban a volver, por lo menos él no quería aunque ella puso en evidencia que eso era lo que quería. Ya todo es más fácil ahora, piensa Javier mientras enciende otro cigarro.

- No fumes por favor.
- ¿Estas llorando?
- Si, y no fumes por favor.
- Esta bien. – bota el cigarro por la ventana- no llores, no quiero verte llorar.

- Dime la verdad ¿para que has venido?
- Ya te lo dije, te he extrañado.
- ¿Nada más?

Apenas termina de hacer esa pregunta, Javier se va encima de ella y empieza a besarla, Katia no opone ni la más mínima resistencia a sus manos que empiezan a tocarla de la cabeza hasta las piernas. Lo que tanto buscaba Javier iba a ocurrir.

*Y como está de moda... "continuará"

¿quiens e acuerda de este tema noventero?

[ ... ]

jueves, 10 de septiembre de 2009

Las Malvinas, el lugar de las maravillas

En las Malvinas uno puede encontrarlo todo. Absolutamente todo. Desde un disco original de tu cantante favorito, un celular de última generación y hasta un parapente. Casi todo usado y a un precio de infarto. Hace unos días recorrí la avenida Argentina y visité las distintas galerías que conforman el emporio comercial Las Malvinas, me lleve con muchas sorpresas.
Hace unos años, irse de compras al Ex Campo Ferial las Malvinas era todo un caos. Y es que por aquel entonces Las Malvinas era un interminable conglomerado de puestos comerciales, todos pintados de azul, donde miles de comerciantes ofrecían una variedad de productos, entre ellos; artículos robados, ropa, antigüedades, películas, artefactos, insumos de ferretería, y muchas cosas más. Sin embargo, se trataba de un negocio informal donde pululaban delincuentes y los vendedores trabajaban en condiciones antihigiénicas y riesgosas.
Para bien de comerciantes y consumidores, en el año 2003 la Municipalidad de Lima, tuvo a bien reubicar a estos vendedores y trasladarlos a varios locales, construidos con fines comerciales, en la misma avenida. Son un total de 11 las galerías las que conforman el centro comercial Las Malvinas y según el administrador de una de estas, el señor Raúl Pinto Lerías, estos locales reúnen a más de 20 000 comerciantes. A pesar de los cambios que se dieron, los comerciantes de Las Malvinas conservaron su esencia y hoy ofrecen lo mismo que antes pero ahora cuentan con mejores condiciones para trabajar, tanto sanitarias como de seguridad.
Mesa Redonda es uno de los principales centros comerciales de Las Malvinas, aquí los comerciantes se han especializado en la compra, venta y reparación de dispositivos electrónicos, principalmente celulares. Según Luis Guillen, Presidente de la Asociación de Comerciantes de Mesa redonda, aquí se mueven $250 000 a diario.
Es realmente impresionante la cantidad de móviles que se exponen en las vitrinas de los puestos, mientras caminaba por los pasillos tenía la impresión de andar por una gran exposición de teléfonos celulares, y es que hay de todos los tipos, formas y tamaños. En este lugar pude encontrar desde equipos antiguos, simples y deteriorados hasta modernos blackberries prácticamente nuevos, todos a la mitad de su costo real. Pero lo curioso de esto es que el 90% de los móviles que se ofrecen aquí son usados (¿o quizá robados?).
Además de teléfonos celulares aquí pude encontrar, entre otras cosas, reproductores MP3 desde S/20 soles, un Ipod usado a solo S/90. También halle tiendas de videojuegos donde un Playstation costaba 150 soles y películas en formato DVD a 5 por S/10.
Unas cuadras más adelante se encuentra el Centro Comercial El Progreso I. Cuando ingrese, escuche unos gritos provenientes del final del local, a la distancia pude divisar que algo estaba ocurriendo, mucha gente se acercaba a mirar. La curiosidad pudo más que mi prudencia y termine siendo parte de ese conglomerado de personas, se traba de una intervención policial, los efectivos incautaban material pornográfico de varios puestos. Lo que me sorprendió de todo esto, era que las madres de familia, trabajadoras y propietarias de otros puestos, defendieron desinteresadamente a los distribuidores de pornografía, señalando que la intervención no contaba con la presencia de un fiscal y que por lo tanto nadie debía permitir dicho decomiso.
El Progreso I es más surtido. En sus interiores pude hallar centros de reparación artefactos eléctricos, tiendas de ropa y calzado, diversos artículos para el hogar, herramientas, artículos deportivos, etc. Caminado por sus pasillos, encontré cosas realmente curiosas, como unos aparatos telefónicos antiquísimos que solo servirían como reliquias para algún coleccionista, pistolas aparentemente muy reales pero cuya única funcionalidad era la de encendedores. Hallé cuchillos de guerra a S/20, binoculares profesionales a S/120, un telescopio a S150, relojes antíquisimos a S/50. Como di a entender arriba, había toda una sección dedicada exclusivamente a la venta de pornografía, para todos los gustos, manías y perversiones, sin ningún tipo de restricción y a la vista y paciencia de todos. Muy cerca de ahí existe un consultorio dental. Sí, asi como lo lee, aquí cualquiera que le falte algún diente o necesite de una prótesis dental y no tenga mucho dinero, puede venir a solucionar sus problemas bucales.

Antes de doblar la esquina se encuentra el Centro Comercial Grau Malvinas. Aquí todo se veía más informal que en los anteriores lugares, parecía no tener mucho tiempo de haber estado funcionando y la mitad de los puestos estaban cerrados. Según pude observar, este lugar se dedica, sobre todo, a la venta de ropa y calzados, en su mayoría usados. Aquí los jeans cuestan entre S/5 y S/8. Las blusas, S/10 y las camisas S/15. Husmeando entre los artículos me percate que alguna de las prendas y calzados eran originales. Como por ejemplo, halle un par de Zapatos Caterpillar prácticamente nuevos a S/50 , cuando su precio en el mercado sobrepasa los S/200, también encontré unas zapatillas Nike a S/120, cuando su precio real oscila los S/300. Toda una ganga.
Finalmente llegue al popular centro comercial La Cachina Fashion, Aquí las cosas eran distintas. Todo se veía más organizado y formal, la distribución de los puestos era menos hacinada y estaba mejor distribuida. Yo ingresé por la sección audio y video, aquí se vendían cámaras, filmadoras, equipos de sonido, reproductores de música y toda una serie de juguetes eléctronicos. Ni bien ingrese unos sujetos me decían: “habla causita, que has traído pa’ vender… dime nomas… yo te pago bien”. Yo solo observaba.
En Las Malvinas tú puedes encontrar de todo, pero en La Cachina encuentras lo mejor de todo. Aquí puedes adquirir ropa de marca, buenas imitaciones, perfumerías, artículos deportivos, antigüedades. Todo de calidad y a un precio razonable. O sea, si tu eres un chico(a) Fashion pero misio(a), La Cachina es tu lugar.
Una de las tiendas que más llamo mi atención fue una de artículos para deportes acuáticos, aquí encontré equipos para buceo; aletas para bucear a S/50, trajes térmicos a S/200, los botes inflables, estaban desde S/50 hasta de S/350. Todo era usado pero estaba en muy buen estado. También habían otras tiendas de artículos deportivos donde encontrábamos guantes de box, patines, pesas y todo lo necesario para que armes tu gimnasio en casa.
A las espaldas de La cachina en plena calle se ubican los vendedores de carpas para camping, la más barata costaba S/60, aquí fuera también están los que venden bicicletas, todas usadas pero de marcas reconocidas como Monark y Fox.
No hay duda de que Las Malvinas camina hacia la formalidad. Según el señor Guillen, el 60% de los comercios en las Malvinas ha regularizado su situación y se espera que esta cifra siga avanzando con el tiempo. Hoy Las Malvinas cuenta con mejores servicios de seguridad, en enero de este año se fundó una posta médica en Nicolini (una de sus más concurridas galerías), al servicio de comerciantes y del público en general. Además desde el año pasado Las Malvinas cuenta también con una revista mensual llamada “Malvinas Emprendedores”.
Nos guste o no, Las Malvinas está avanzando a pasos de gigante. Así que ya lo sabe. Si necesita algo no olvide que en Las Malvinas usted puede encontrar de todo, tiene variedad para escoger y lo más importante, a un muy buen precio. ¡Apoye al comercio peruano! .


Carlos Gonzales Gómez.
[ ... ]

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Aquella Habitacion

Desperte y vi tu nombre escrito en mis labios
El perfume de tu cuerpo aun lo podia oler entre las sabanas azules de el cuarto de hotel.
Tus ojos se escondian de los mios.
Mis manos podian sentir tu torzo desnudo y tu cintura perfecta.
Sentia tu cabeza y tus brazo pegados a mi pecho.

Derrepente tus ojos se cruzaron con los mios, me miraste curiosa, te acercaste a mi oido y me susurraste: te amo

......

Desperte y me encontraba solo en cama.
no habia ningun cuerpo perfecto ni mucho menos tus ojos.
El perfume de tu cuerpo ya no se percibia,
mis manos ya no te abrazaban,
en la almohada ya no se encuentra tu cabeza recostada
y solo puedo ver
en la mesa de noche un carta que dice
Solo fue un sueño


Ayrton Vargas
[ ... ]

jueves, 27 de agosto de 2009

El Rescate

Corría a toda velocidad, ya podía sentir las tan usuales punzadas en la parte inferior del pecho, pero no me detendría, no esta vez.

Había salido tarde de mi hogar, tenía una clase a las diez de la mañana y, el trayecto hacia mi centro de estudios demora una hora, había estado saliendo de mi hogar a las nueve y quince. Sabía que era poco probable llegar a tiempo, pero eso no me detendría. Logré hallar un espacio en el vehiculo que aseguraba llevarme a mi centro de estudios, pero me encontré apretado entre un mar de personas malhumoradas, algo usual en este país.

La música seguía llegando a mis oídos mientras intentaba recuperar mi aliento, algo casi imposible dado la horrorosa situación en la que me encontraba, con el cuello doblado debido a lo pequeño que me resultaba el vehículo; piernas torcidas debido a la elevada cantidad de pasajeros, y rostro contra la ventana, por donde entraba todo el olor a alcantarillas típico del lugar por donde ahora cruzábamos. De repente, el auto se detiene, y un policía se acerca a hablar con el cobrador.

Debo admitir que mi primera reacción fue de enfado, de por si ya llegaría tarde a mis clases, y ahora una excusa de autoridad nos detenía, probablemente para solo asustar al cobrador y pedir un soborno fácil y sencillo, como todos hacen en este país.

El cobrador del vehículo, un hombre de baja estatura que usaba una gorra que en algún momento debió ser verde, ahora casi negra de tanta suciedad, parecía sorprendido de lo que sea el policía le estuviera diciendo. Era una vista curiosa, el pequeño hombre de la ropa sucia y oscura contra el hombre alto, de una poderosa barriga y sombrero blanco. Me encontraba preguntándome que podría estar pasando… ¿Tal vez se habían saltado una luz roja? ¿Tal vez ahora que habían subido las multas el del sombrero blanco quería un soborno más alto? Me encontraba apretando más fuertemente la baranda de donde me colgaba, estúpidos policías pensé. Solo podía pensar en como esos seudo oficiales se la pasaban buscando dinero fácil en vez de buscar gente a la que ayudar, gente siendo asaltada o abusada por los malhechores que se esconden en las calles…gente que ni siquiera piensa que algo malo puede sucederle hasta que es muy tarde.

La gente empezaba a impacientarse, escuché como un hombre golpeó un lado del vehiculo gritando “Avance”, otro exigía que le dieran su dinero al policía para que nos dejará pasar, una mujer se puso a predicar sobre como todos los oficiales eran unos desgraciados muertos de hambre, y así, los insultos siguieron. Por un momento me dí cuenta que el oficial podía escuchar las palabras dirigidas a su persona, ya que volteó a vernos molesto, pero a nadie le importó. Sería una falacia decir que había más gente quejándose que callada, pero entre la multitud una persona me llamó la atención. Era un hombre de terno marrón, corbata rosada y pelo negro desordenado, nada fuera de lo ordinario pensé por un segundo, pero el rostro del hombre denotaba cansancio y preocupación. ¿Él, como yo, ya se había resignado a llegar tarde a sus compromisos? ¿Era por eso que miraba la ventana furtivamente y tenía la expresión derrotada en el rostro? Aparté mí vista del hombre y observé a los dos hombres que mantenían la suerte de nuestro destino inmediato: El cobrador parecía derrotado, con la mirada baja, mientras el policía tenía una expresión dura y decidida en el rostro. De repente, el hombre le quitó el seguro a su pistolera, permitiéndose así más fácil acceso a su arma. Me pregunté que podría haber pasado, ¿acaso el chofer no tenía licencia?, descarté esta posibilidad casi de inmediato, definitivamente un chofer sin licencia no garantizaría un tiroteo, ¿verdad?

Entonces, ¿Qué podría estar pasando?

De repente, y sin ninguno aviso, mis dudas tuvieron que esperar, ya que el oficial entró al vehículo.

Por un momento creí que nos reprendería por los insultos, ya que empezó a mover a la gente a un lado con una fuerza tal que no se esperaría de un hombre de su porte. Ya no sabía que esperar, y el llegar a la universidad era lo ultimo en mi mente, solo quería ver el final de este predicamento tan particular. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué acto se había cometido que garantizara un comportamiento tan fuera de lugar?

De repente el hombre se detuvo, y jaló del hombro al señor de la corbata rosada, sacándolo fuera del vehiculo.

Empezaron los cuchicheos en el instante… ¿Qué había pasado? Me agaché lo más que pude para ver que pasaba a continuación, y logré escuchar que el policía reclamaba al hombre sobre el paradero de sus cómplices, todo esto mientras le sacaba tres celulares del bolsillo. El de la corbata rosada miraba a los lados, obviamente analizando sus posibilidades de huir, pero el policía pasó la punta de sus dedos por su arma, recordándole que todo intento de escapar sería fútil. Pude ver a la distancia que un carro patrulla se acercaba, con sus colores blandiendo como espadas en la abandonada carretera. Nuestro móvil partió, dejándonos con el final abierto sobre el drama policial que habíamos presenciado.

Me sentí como un idiota, me había quejado, si bien no abiertamente, de la actitud del policía antes de saber que estaba sucediendo. Pero, ¿Cuántos de nosotros hacemos esto sin darnos cuenta? Muchas veces criticamos a un miembro del grupo por la actitud de sus semejantes, y esto no debería ser así. Este día mis propias palabras me fueron devueltas a mi cara, y no se necesitó un gran discurso, solo se necesito un solo gesto, salvarme.
LJ-90
[ ... ]
 

©2009 Palabras Dmentes | by TNB